Concurso público de arquitectura con intervención de jurado para la redacción del proyecto de auditorio y centro de las artes. Ayto. de Las Torres de Cotillas. Murcia. 2010.
Arquitectos: Luis Pancorbo, Inés Martín Robles.
Status: concurso
Cliente: Ayuntamiento del Torres de Cotillas. Murcia
Premios: -
Umbráculo
El arte de empezar
Italo Calvino nos ofrece una perfecta definición del momento de la génesis de cualquier proyecto, en su caso de un proyecto literario. Se refiere al instante del distanciamiento de la potencialidad ilimitada y multiforme para dar con algo que todavía no existe y que podrá existir sólo por medio de la aceptación de unos límites y de unas reglas. Al enfrentarnos al concurso, partimos de unas premisas que nos sirven de punto de inicio y de límites conformadores de nuestra propuesta.
La primera premisa es ofrecer un escenario urbano, un espacio para la ciudad. Esto nos llevó a la primera decisión; producir sólo la ocupación estrictamente necesaria de la parcela, liberando el mayor espacio público posible. Aprovechamos la topografía existente, con un desnivel aproximado de 2,5 metros para asentar el edificio, forzándola para obtener accesos a los dos niveles principales y permitiendo caracterizar el espacio público, un agradable lugar de acogida, acotado visualmente, fresco, ajardinado y sombreado como el verdadero vestíbulo de acceso al auditorio.
La segunda premisa es el adecuado acondicionamiento climático tanto de este espacio exterior como del propio edificio, ofreciendo lo más valorado para este fin en un clima como el de Murcia; el espacio en sombra. De esta voluntad de minimizar la ocupación de suelo y maximizar el espacio en sombra, surgió inmediatamente el símil con el funcionamiento de paraguas y sombrillas, que resuelven estas necesidades con una extraordinaria elegancia y economía de medios, suplementando nuestro cuerpo con una nueva estructura ligera y una nueva epidermis protectora.
La propuesta se conforma con el mismo sistema generador y está compuesta por un endoesqueleto con carácter de caparazón o coraza, que es simultáneamente estructura, cerramiento y material de acabado y configura los espacios en los que se desarrollan las funciones vitales del conjunto; la sala del auditorio, el escenario, la caja escénica y sus instalaciones.
Este núcleo interno, masivo y hermético, impermeable al sonido y a la luz, es suplementado por un exoesqueleto ligero, permeable, que permite una relación fluida entre el espacio público interior y el exterior. Esta relación de intercambio se filtra y matiza a través de una piel multicapas formada por velos, entramados de distintas densidades y máscaras de sombreamiento. Se crea con esto un espacio intermedio, circundando la sala central que se asemeja en su carácter al interior de las catedrales góticas, en las que el esqueleto se muestra, se aligera al máximo y permite que la fachada desaparezca dejando paso a la luz por medio de membranas ligeras.
El auditorio de Torres de Cotillas se presenta así como un templo contemporáneo, con sus “vidrieras” ejecutadas con los materiales ligeros, baratos y altamente tecnológicos de la agricultura intensiva. Se produce una transición gradual desde el exterior hacia el ámbito interior silencioso e íntimo de la sala, un recorrido secuencial que el espectador realiza rodeando a ésta en una promenade que tiene algo de dilatorio y de ceremonial, de preparación previa a la experiencia teatral y musical.
Se llega así a la forma del edificio, un poliedro semirregular, una “cubierta a cuatro aguas” invertida, que protege sus fachadas de la exposición solar la mayor parte de las horas del día. Una forma en la que la exactitud geométrica y la escala permiten su necesaria representatividad y visibilidad dentro de un planeamiento urbano de piezas de grandes dimensiones, pero que no por ello renuncia a la levedad y la ligereza.
Buscamos una propuesta en la que lo contingente condicione su percepción por parte del usuario. Como en la música de John Cage, en el trabajo de escultores como Gego o de las strandbeesten de Theo Jansen, las condiciones del uso y del entorno pasan a formar parte de la obra, que se presenta no como una estructura fija, cerrada, acabada y ensimismada sino como cambiante y fluida. Una obra en la que la condición mutable del entorno se enfatiza y produce la posibilidad de una multiplicidad de lecturas.
El arte de acabar.
Hasta aquí el cómo empezar. Pero como ninguna propuesta se hace real hasta que no es económicamente viable, entramos en el ámbito de cómo acabar, teniendo especialmente en cuenta las estrategias de optimización del presupuesto, que podemos resumir en cuatro puntos:
1_ creación de una forma compacta que minimiza en lo posible las superficies pedidas en el pliego del concurso. La sala se reduce de las 800 plazas pedidas a 700, capacidad que creemos adecuada a la población a la que va a servir y que permite una reducción del coste tanto en los materiales y el mobiliario de la propia sala como en su incidencia en el dimensionado de las instalaciones necesarias para su acondicionamiento.
2_ sólo se climatizan por medios mecánicos los espacios que lo requieren por su uso (la sala y el escenario, las salas de ensayo, oficinas y camerinos…), dejando todos los espacios públicos (foyeres, vestíbulos, circulaciones…) atemperados por medios pasivos, mediante las máscaras de sombra de la fachada y la ventilación natural, aprovechando las ventajas del clima local. Esto permite una notable reducción en el capítulo de climatización, de la mayor incidencia en este tipo de edificios.
3_la necesidad de una imagen singular no está reñida con los materiales de bajo coste. Las mallas propuestas como cerramiento, de aluminio y polipropileno, mascaras de sombra plásticas, mallas de chapa metálica deployé lacada tienen un incidencia presupuestaria mínima (la malla Aluminet por ejemplo tiene un coste aproximado de 2.5 e/m2). Además, todos los vidrios se sustituyen por plásticos ligeros aunque extremadamente resistentes como el policarbonato y se reducen al mínimo imprescindible.
4_sinceridad material y constructiva: todos los materiales son a la vez estructura y acabado, no existiendo los forrados excepto en el interior de la sala por necesidades de su acondicionamiento acústico.