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PEC. Music and congress center. Villanueva de la Serena. Badajoz. Spain

 

Arquitectos: Luis Pancorbo, José de Villar, Carlos Chacón, Inés Martín Robles.

Status: Construido.

Cliente: Junta de Extremadura

Premios: Primer premio en concurso de ideas.

 

Aparejadores: Manuel Trenado, José Luis López Morillo

Estructuras: Mecanismo

Instalaciones: Úrculo ingenieros

Acústica: Igini Arau

Constructora: Placonsa

 

“El pueblo entero participa con entusiasmo en la fundición de la campana: acopiando bronce para fundir, revistiendo de barro el modelo, alimentando el fuego….Apenas acaba de enfriarse el metal, unos hombres rompen el molde e izan la campana para hacerla sonar. La gente acude desde lejos, vadeando el rio. A lo lejos se acerca la comitiva del Principe y los embajadores extranjeros, quizás venidos de Venecia o Florencia.”

 

Pablo Campanna. Andrei Tarkovski: el icono y la pantalla. 2003. 

 

Toda ciudad tiene un campanario, (el futuro palacio de congresos y exposiciones se situará este caso en la mismísima carretera de Campanario) en el que anidan las cigüeñas. Aquí invertimos los términos, el campanario se cubre de nidos, y nuestro auditorio es un gran nido donde anidan las campanas. Como en Andrei Rublev  la campana es símbolo del esfuerzo común de un pueblo, una campana construida en las afueras de la ciudad que se convierte en la principal referencia cultural, un eco en toda la Vega.

 

Se partió de la contradictoria situación urbana donde se situará el nuevo palacio, una tierra (de nadie), donde su ubicación es a la vez urbana y periférica (el primer o último campo de cultivo). Nuestra propuesta pretende destacar esta condición de edificio perteneciente a la Vega, un edificio exento, flotante en el campo, como una bala gigantesca de heno. Intentamos igualmente atrapar la inquietante esencia del “campo de trigo con cuervos” que Van Gogh pinto horas antes de suicidarse y escribir a THEO (su hermano pequeño y cómplice en nuestro lema ) “yo arriesgué mi vida por mi trabajo”. La entrada al palacio es una grieta en un campo de trigo “con cuervos”.

 

La solución la damos a través de una interminable dualidad: Por un lado se esconde a su condición urbana enterrándose. Es la principal dualidad y contradicción. Se divide en dos volumetrías contrapuestas: un anillo plano semienterrado que se adapta al terreno y a los límites de la parcela, y otra cúbica que se eleva con rotundidad escondiendo el peine del teatro. La primera pierde su carácter de edificio y pasa a ser un campo un parque de la ciudad, con las franjas de lucernarios rasgando su superficie. La segunda refuerza su carácter de edificio exento al ser un cubo perfecto, perfecta figura de un hito.

 

Por un lado se entierra y por otro el cubo emerge, es alto y el otro bajo. Por un lado introvertido, al enterrarse, por otro extrovertido al buscar ver (desde el restaurante en cubierta) y ser visto envuelto en una maraña de filamentos dorados. Por un lado se orada la huella del edificio en torno a un espacio igualmente semi-enterrado abierto a una plaza en rampa y por otro un umbráculo emerge. Uno aprovecha la gran inercia térmica de la tierra, los muros de hormigón, la cubierta ajardinada y las múltiples grietas de ventilación, para mantener una temperatura de confort constante en invierno y en verano reduciendo los consumos de calefacción y aire acondicionado. La tierra es el aislante más barato. El gran nido da sombra y funciona como gran torre de ventilación

 

Por un lado un gran espacio público continuo, que es el vestíbulo, sala de exposiciones con los auditorios en cada extremo, que a la vez se une cerrando el anillo y por otro el cubo alberga los usos susceptibles de utilizarse en horarios independientes, como los camerinos, la administración y un restaurante, que es atalaya. Por un lado, un volumen es callado, pretende pasar desapercibido, el otro se ilumina y es escaparate de todos los eventos que en él transcurren, visible desde todas partes, un faro en el mar del campo de la Vega.

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